Nombre: Eduardo Bustos Alister
Ubicación: Santiago, Metropolitana, Chile

Periodista, escritor.

  • Versión en Ingles/ English version
  • sábado, julio 17, 2010

    LOS PITOSPOROS


    Cuento poesía.
    Eduardo Bustos Alister
    Alineación al centro


    Han crecido en estos lares garbosos pitosporos,
    sus anchas sombras callejeras se abanican sacudidas;
    campanario de siete pisos de alto copo celestial.
    Habitación rupestre y fértil para el plumaje,
    de hoja sana laceolada del limbo o lámina.
    Colosal jardinero de habitación obrera,
    natural siembra de la costa marinera.

    Su existencia, no peligra en sus moradas:
    por estancias, cerros, playas y callejuelas.
    Se levantan en caminos con semillas que vuelan,
    e inmune al arrachado viento de la playa y montaña;
    de primaveral belleza, sana y longeva,
    sin barbas absorbentes o pelos radicales.
    Su corta o larga raíz, se agarra al subsuelo de la flora.


    Su extinción, sólo estará en absurdo peligro,
    cuando: gorriones y zorzales lleven semillas al exterminio.
    En el bajo de Punta de Tralca una lloica ayer contaba:
    no deshojo pitosporos son aliento de mi trinos;
    autóctonos chilensis de la Quinta Región Famosa
    e inspiradora de poetas, de naturaleza cierta.
    Sus esmeraldas hojas, miran al silente mundo astral.
    En Cautín de la Frontera desde niña conocí;
    las delgadas alamedas de varillas verticales.
    Son sensibles al ventarrón… nidos vuelan desvelados.

    Fundo dominio tiene fama

    Los pitosporos tienen alma
    , lejos de la postal muralla;
    desde arriba absorben agua que gotea garúada.
    He invitado a mi fundo El Dominio Tiene Fama,
    a otra clase de plumaje. Una comadre de Purén
    que tiene casa entre dos sauces donde convergen riberas.
    Ha navegada todo Chile, desde Arica a Punta Arenas;
    millonaria del aire en horas de visual vuelo .
    En su agrario el agua es sucia e insoportable oscurecida;
    beben cerdos, los caballos, ovejas y caprinos.
    Bajo árboles llorones hay ojos de mil lágrimas,
    que se agachan como varillas de paraguas.
    Humedal peligroso para aves turísticas curiosas
    con gusanos que intoxican el barro de esas aguas.


    En mi torre viven tordos y concejales gordos;
    en los balcones se posan alas balanceadas:
    de colmenas, picaflores y mariposas.
    De cuando en cuando, duerme un jote sudado;
    un moscardón, y una extraviada lechuza.
    Nunca una gaviota nos ha defecado de lado a lado,
    ni un susurro ella ha emitido, churreteando por su cola.



    Cuando estaba yo empollando en mi casa pitosporánea;
    una sierra eléctrica pasó sobre mi cabeza,
    podando nuestro edificio de siete pisos.
    Los pájaros de más arriba, volaron despavoridos.
    Se sintió un revoletear de alas desesperadas,
    como terremoto aéreo en el Pacífico.


    Adelantó mi parto al rompimiento de huevos,
    murió una de las centinelas, la pájara malaguera.
    Del susto bailamos cuecas, zapateando de rama en rama.
    Del quinto piso de arriba, caían y caían
    los troncos con callo hueso.
    A dos perros que estaban mirando
    su olfato, los salvo ilesos.


    Las aves más perjudicadas fueron las codornices,
    por ser de bajo vuelo y menor rango social
    y de habitar los últimos pisos del edificio.
    Ante tan vil tragedia deshumanizada
    fueron invitadas por una cordial perdiz
    con críos y petacas, camas de ramas,
    a dormir a un hotel matorral del Limarí.


    A todas aquellas que perdieron sus alas
    habría que hacerles un pajaratón.
    Desde el medio de un gancho de más arriba
    con furia protestó una pájara tuerta,
    por un hondazo carnicero
    de un niño que se creía bueno.


    Christopher Tordo Negro, se reunió con sus parientes
    para realizar una gran proclama voladora
    que se extendió por valles de afuera;
    hondonadas, quebradas, y callejuelas.
    Alabeos de varios plumíferos,
    a la protesta sumaron su descontento
    fuera alcance de escopetas y rifles,
    con vuelos rasantes, sólo para perdices.


    Plumíferos más osados, volaron a menos altura
    en posición invertida, haciendo el ocho cubano.
    Por envergadura alar un jote, hizo de líder;
    cogote camuflado, pico largo y carroñero.
    Pero, él no se come nuestros polluelos.
    Solamente, en represalia se pidió al jote:
    comerle la Diuca al patrón del fundo.


    Un pájaro de Cautín radicado en ese confín,
    propuso condiciones para llamar a un cahuin:
    -qué, vinieran aves de otras partes a discutir;
    -de lenguaje fino con trinar autóctono del ave nacional;
    -qué, un loro de habla hispana, sirviera de interlocutor.


    Isla Negra

    Se voló a mil pie sobre el tope en días grisis:
    por Lo Abarca, El Totoral e Isla Negra,
    con plumíferos de los cerros, bosques y playas,
    quebradas y caletas con un sapo poeta.

    - Pidió fuera un cahuin de trinar claro
    con pájaros edilicios que trabajen;
    -qué, el loro de habla hispana tomara la sesión
    para el entendimiento humano;
    - El loro era más sabio como bilingüe traductor.

    Loro de habla hispana

    Por mayoría de trinos se aceptan las dos propuestas.
    El primer y único congreso se realiza
    en la Hacienda de Max Tulo, un lugar seguro,
    donde las liebres trillan y muelen trigo
    para engordar langostas flacas;
    lugar de arrullo para ranas, sapos y grillos,
    con fino anclaje en charcos de sus andadas.

    Hacienda de Max-Tulo

    Se abre la sesión después de una siesta
    en fragantes camas de eucaliptos;
    con un cóctel servido en extendidas ramas,
    picadillos de maquis y salsa de trigo.
    Un festín para zorzales y tordos flacos,
    más hongos comestibles sazonados con higos.
    Al jote le sirvieron un zorrillo descompuesto,
    mostrando larvas de moscas muertas.


    Zoila Tenga del Día muy seria propuso:
    - Nombrar una comisión que no fuere pajarona
    con temperamento del ojo de águila,
    además del loro de habla hispana,
    por tener clase y trinar clarito.
    -Acepto, dijo el loro… pero con una condición:
    Me regalen un pitosporo para mi vagabunda familia;
    lejos de los cables de alta tensión.
    -Mi plumaje es de linaje, más verde que una hijuela.
    -Soy locuaz, sincero, aseado y hermoso,
    -el único que se baña y se ducha en piletas.
    -Mantengo buena relación con humanos,
    pájaros edilicios y congresales voladores
    que en los escaños no se duermen.

    Christopher Tordo Negro, presidente de la mesa,
    manifiesta: debiera contratarse para calmar sueños;
    chicharras jóvenes de centinelas,
    escarabajos para que saquen la mierda de abajo.
    Permitir a los conejos de la periferia,
    llevarse las semillas roseadas de excrementos
    para evitar los desagradables insectos.
    Traer perfumes de rosas para alejar al peuco hediendo
    y a los jotes sudados no les presten los baños limpios.
    No subir a los pisos de arriba, hormigas y paja molida.


    La señora Clorofilda Diuca Hermosa, trina su parecer:
    -Para mantener el aseo se defeque, solamente en gallineros.
    -Para un próximo cahuin, invitar al cardenal,
    dada su investidura e intervención en conflictos
    cotidianos reñidos con la moral plumífera.
    -Regalar medicamentos a palomas churreteadas.

    -No permitir a murciélagos instalar lecherías.
    -En casos ocasionales para trasladar aves enfermas,
    traer luciérnagas de electricidad nocturna.
    -En el copo del edificio instalar una sala de partos
    para nacimientos críticos prematuros.
    -Para espantar colmenas, matapiojos de centinelas.
    -No traer amantes a dormir en lunas llenas a la morada,
    sin certificado matrimonial del Cardenal.
    El Cardenal

    Saltó una lloica con el pecho blanco de vergüenza.
    Se sintió tocada con el punto de no traer amantes en plenilunio,
    porque se sabía que élla, por largos años ha convivido
    con un pájaro picaflor y de cuya relación,
    nació un colibrí de color enteramente rojo
    que se fue a vivir a la Isla Robinson Crusoe.

    Picaflor de Robinson Crusoe

    Solicita la mesa abocarse al meollo del cahuin
    referido al destino del árbol pitosporo,
    y de no inmiscuirse en la vida plumífera ajena
    de las aves que sólo conviven para mejorar el plumaje
    con otros trinos de tenores y sopranas del alba.
    El existencialismo es verso de la naturaleza,
    con amor libre y conservación de cada especie.

    La asamblea acepta la observación de la lloica,
    porque se sabía eran muchas las convivientes
    entre parejas de una misma clase de plumaje,
    salvo raras excepciones como el caso de la lloica
    emparejada con otro sexo de diferente tamaño.
    Se estima que para un próximo cahuin venga el cardenal,
    a enlazar a todas ellas, en una sola ceremonia.

    Finalmente, se acuerda solicitar a los edilicios ilustres,
    propongan a sus pares pajarones parlamentarios.
    declarar al pitosporo monumento nacional.
    Qué, en el acta concluyente de este cahuin
    se excluya la muletilla cachai,
    porque es posible que no cachen nada,
    al interlocutor de habla hispana.
    Con un cerrado aplauso de alas, se cierra la sesión.

    CHRISTOPHER TORDO NEGRO, PRESIDENTE.
    SOYLA TENGA DEL DIA, SECRETARIA.