El Inmortal
Para
nadie es un misterio que desde el inicio de la explotación del carbón, coincide
con el entusiasmo y admiración por la introducción del fútbol a nuestro país, balompié
que navegó por principales puertos sureños rumbiante hasta la zona norte;
dejando huella en cada atraque de muelle, de la tripulación viajera
desconocida. La clase obrera ferroviaria era mayoritaria con hitos relevantes
ante el nacimiento del ferrocarril, como demuestra la historia de Talcahuano,
cuando desde 1874, abrió sus líneas entre esa comuna y la ciudad de Chillán, lo
cual permitió que la zona alcanzara un alto desarrollo y así también pasar a
convertirse en uno de los puertos más importantes del Pacifico sur, con tránsito
de cientos emigrantes de las más diversas nacionalidades que desembarcaban ahí,
contrayendo matrimonios entre ellos, o buscando compañía en la población local.
La llegada del fútbol para su difusión tuvo sus tropiezos como consecuencia de
su práctica formal post guerra civil chilena de 1891, conocida como revolución
del 91. Fue un conflicto armado ocurrido en Chile, entre los partidarios del
Congreso Nacional y los del Presidente de la República don José Manuel
Balmaceda, guerra que duraría 6 meses, y que costaría la vida a más de 4000 ciudadanos
Chilenos, con una población de algo más de 2 millones y medio de habitantes.
Se
dice que los orígenes del Arturo Fernández Vial, se encuentran en la fundación
del Club Deportivo Ferroviario
Internacional F.C en la maestranza de
los Ferrocarriles del Estado. Esta es una información sin fundamentos, por
cuanto a causas de incendios sufridos en distintas sedes de la institución, no
existen documentos que respalden a la maestranza de ferrocarriles como lugar de
fundación del Club. Información que se contrapone a la Memoria de Chile, en
donde ratifica la fundación del International Fútbol Club, institución alzada
con sus propios estatutos, al abrigo de ciudadanos extranjeros y nacionales, teniéndose
presente la plaza General Cruz, lugar de enfrentamiento deportivo, con el Club Atlético
y de Fútbol Arturo Prat.
En
Concepción, se comienza a disfrutar del Fútbol, primeramente, a través de sus
colonias inglesas y alemanas, en encuentros pactados con tripulaciones foráneas
de paso y entre ellos, usando sus propios recintos. Este deporte no entro
volando, tuvo que navegar hacia el norte, recalando en los puertos penquistas y
sembrando entusiasmo en quienes pudieren observarlo en su momento determinado.
La
tradición oral se conjuga en su referencia, especialmente, en la clase obrera
ferroviaria desde los inicios del fútbol en la región penquista, en propia
perseverancia de los tiempos oportunos y disponibles para su práctica y
enseñanza al rendimiento de una extenuada jornada laboral. En principio y al
igual que en la República del Perú, la causa en el país del norte, estuvo
reñida por algunos grupos de elite para su desarrollo. En Chile, pudiere
considerar en alguna medida la agravante de la revolución del 91; una época en
que todo se tornaba difícil para organizarse en cada materia. Pero, los obreros
ferroviarios vecinos a Talcahuano y de otros puertos, comenzaron a organizarse
y en su defecto, poco a poco, se imponía un extraño deporte de patear una
pelota y tratar de embocarla en un arco contrario. Se mantenía la tesis de que
este juego era para un grupo determinado solamente. Se puede indicar que la
actividad física estaba limitada en pro de una extenuante jornada de trabajo.
Se
manifiesta que antes y después de la revolución del 91, hubo plena temporada
anti obrera cuando los trabajadores ferroviarios comenzaron o intentaron
organizarse con la creación de sindicatos y mutualismo y, al ser perseguidos
aprovecharon la llegada del fútbol en defensa de sus reivindicaciones. En esta
apreciación el fútbol comenzó ser un escudo de lucha y de libertad emprendedora
y liberación de las injusticias con conquistas sociales en beneficio de sus
derechos negados.
Necesitado
el fútbol del entendimiento de lectura y de la enseñanza de los llamados Sport
del idioma ingles establecidos a la sazón, para un mayor entendimiento nace una
férrea hermandad obrera a sus intereses, tanto de trabajo como en su diversión
de juegos, y como estandarte deciden el año 1892 formar el “Club Deportivo y
Social Los Libertarios”, nacimiento que más tarde consolidaría la fusión con el
International Fútbol Club, dando origen al Deportivo Ferroviario, del cual
tanto, se habla en su causa de fundación y de sus orígenes.
Respecto
a otros detalles en esta investigación se suman antecedentes a la fuente de
informaciones como complemento. En el caso que nos preocupa es de
responsabilidad destacar tópico publicado por el señor Leo Javier Alfonso, al
referirse al primer nombre de la institución: Los Libertarios y de importantes
comentarios de tradición oral.
Esta
información no es un detalle menor, que no escape a la relevancia de quien o
quienes escribieron el historia del fútbol chileno, siendo amateur en su
llegada por un lugar determinado, haciéndolo exclusivo a su investigación. Para
sanear y sacar al fútbol chileno del subdesarrollo, se hace necesario y dado
que el profesionalismo se ha transformado en una fuente de trabajo, dividir al
fútbol chileno en tres zonas geográficas: Norte, Centro y Sur, especialmente al
balompié, con tres ligas independientes, una de la otra, bajo exclusivo mando
de la Federación de Fútbol de Chile, sin presidencia Vitalicia que afecta a la
democracia, bien común y transparencia.
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